En el artículo anterior, aprendimos que una mujer elegante es segura de sí misma, se viste bien siempre y no escatima cuando se trata del cuidado personal. Sin embargo, también debe seguir algunos consejos para sacar el máximo provecho de su guardarropa y lucir bien en todo momento.
Colores ideales: Los trajes en colores neutros son más favorecedores, intercambiables y fáciles de combinar. Los estampados, muchas veces, aumentan visualmente el tamaño, por lo que es mejor optar por patrones clásicos que complementen, sin dominar, para lucir chic siempre.
Uno de los errores más comunes al vestir es el abuso del color negro, pensando que nos hace ver más delgadas; sin embargo, este tono endurece nuestras facciones, especialmente en el cabello. Si necesitamos usarlo, debemos complementarlo con bufandas de colores o collares grandes que iluminen el rostro y armonicen con nuestra complexión.
Accesorios: Coordina los accesorios de acuerdo con los tonos de tu ropa. Por ejemplo, con un vestido negro, usa accesorios dorados; y con un atuendo gris, accesorios plateados. En otras palabras: accesorios dorados con tonos cálidos y plateados con tonos fríos. Un conjunto puede cambiar completamente con un cinturón adecuado o un collar.
Zapatos: Invierte en zapatos cómodos, de buena calidad y en colores clásicos que puedan combinarse con trajes y vestidos. Los zapatos planos no son la mejor opción para las personas de baja estatura, y los tacones muy altos, además de ser incómodos, carecen de elegancia. Es buena idea combinar la cartera con los zapatos y el cinturón.
Maquillaje y cabello: Para lucir un maquillaje perfecto, es fundamental cuidar la piel. Mantener un cutis hidratado y radiante requiere cuidados diarios y una dieta balanceada. El maquillaje debe resaltar nuestros atributos: labios hidratados, una piel luminosa y cejas impecables que enmarquen los ojos perfectamente.
Asimismo, el cabello enmarca el rostro; selecciona un corte que se ajuste a tu estilo y tipo de rostro. Mantén el color del cabello al día y evita que crezcan las raíces, pues estas dan un aspecto de descuido.
Recuerda que la elegancia no se compra; se cultiva.
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