El fin de semana pasado tuvimos el Gran Prix de Nashville. No voy a pretender que sepa mucho de carreras o que entienda las reglas de ellas.
Pero sí quiero tomarme el tiempo para hablar de cosas que me parecieron muy interesantes.
Lo primero es que vi a más hispanos que el año pasado, lo cual me dió mucho gusto, ya que pude experimentar de primera mano lo populares que son los conductores hispanos como Helio Castroneves, Alex Palou y el súper querido por sus fans, Pato O’Ward, de quien vi que el público portaba playeras, gorras y una gran cantidad de artículos con su nombre.
Lo segundo que me llamó la atención fue que los tres conductores siempre mencionan a su equipo. Son conscientes de que, si bien ellos son la cara visible, son tan solo una parte, y que sin un equipo detrás de ellos no podrían estar donde están.
Tercero, hay mucha interacción entre los fans y los equipos. Los aficionados pueden acercarse bastante a los Paddocks y ver a los mecánicos en plena acción, y con un poco de suerte, puedes ver pasar a tu conductor favorito entre la gente o conseguir su autógrafo en las sesiones de firmas de autógrafos que organiza el Gran Prix (una muy bonita interacción entre fans y conductores, si me preguntas a mí).
Para terminar, quiero mencionar que aunque no te gusten las carreras, es una fiesta de tres días. Como ya es costumbre, hay música y bebida por doquier, food trucks y stands que regalan cositas o te toman fotos gratis, ¡bueno, incluso la NASA estuvo presente!
Nashville está creciendo, y este tipo de eventos nos ponen en el mapa a nivel mundial, y ahora más que nunca, puesto que seremos los anfitriones de la carrera más importante del próximo año: ¡la final de la temporada! Y si creías que eso es todo, ¡te equivocas! La final cruzará la calle Broadway, y si eso no te dice fiesta… ¡no sé qué lo hará!
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